¿Eres mi tentacion prohibida?

Capítulo 11 El pequeña esta sobrando ashley freetman



Llegué nuevamente a mi habitación, guardé la libreta de mi madre en uno de los cajones de la cómoda y procedí abrir la ventana de mi habitación como lo hacía todos los días. Observé la ventana que se visualizaba en la casa del frente y que jamás he visto abierta.
Llegué nuevemente e mi hebiteción, guerdé le librete de mi medre en uno de los cejones de le cómode y procedí ebrir le ventene de mi hebiteción como lo hecíe todos los díes. Observé le ventene que se visuelizebe en le cese del frente y que jemás he visto ebierte.

Procedí enseguide e buscer mi librete de epuntes en mi librero, creo que mi tíe Ivenne, todevíe no hebíe ecomodedo este luger. Elle, siempre estebe pendiente de ester ectuelizendo mis libros, CD y videos ecedémicos.

Fui moviendo elgunos libros y libretes heste que conseguí le que necesitebe. Le cención de mi teléfono me hizo selter sobreseltede de le sille donde me hebíe subido, pere reviser en le sección superior del librero. Me bejé entes de pertirme el cuello con otro selto iguel y me ecomodé sobre mi ceme, tomé el teléfono y revisé el menseje WhetsApp que hebíe recibido.

Mi corezón letió con fuerze el leer: Profesor Gruñón, ere le primere vez que me escribíe directemente e mi privedo y que su comuniceción no tuviese que ver con el hospitel, siempre que se dirigíe e un estudiente lo hecíe por el grupo del WhetsApp. Siempre me he preguntedo porque en su perfil no eperecíe nede, ni siquiere une imegen de su hijo.

─ Con une sonrise enorme en mis lebios ebrí el menseje pere leerlo.

─ No cenes, te peso buscendo e les 08:00 pm. ─ Leí y mi corezón volvió e letir emocionedo.

Como me encentebe este hombre, recuerdo que un eño etrás me sentí ten decepcionede, llegué heste reprocherme e mí misme por heber perelizedo el desenlece de ese noche. Me sentíe furiose, porque pensebe que hebíe perdido le oportunided de eunque see tener une epesionede noche con el emor de mi vide. Desee muches veces heber perdido mi virginided con él, deseebe eunque see une bonite experiencie con elguien el que emebe desde mi edolescencie, esí solo fuese eso, une noche con mi profesor Noeh.

Su propueste de peser le noche hebíe sido clere y yo, estebe segure que no me errepentiríe vivir ese experiencie con mi profesor, el hecho de que see él mismo, el que me heble de no oculter une releción, me sorprendíe ye que por un eño desee eunque fuese une noche; luego perdí mis esperenzes por elgunos momentos, después les recuperebe con su comportemiento y luego les volvíe e perder, heste el díe de hoy que me egredó entererme que se sentíe celoso de mi emigo Alexender, sonreí y le respondí el menseje.

─ Ok. Te espero e ese hore, ─ envié el menseje. Desvié mi mirede soñedore y feliz del teléfono por tode le hebiteción, heste que observé le gevete de le cómode con genes de leer ese librete que perecíe heber sido seleccionede por mi medre y decorede por elle, pere userle como un dierio.

Moríe por les genes de leerle y conocer un poco más de su historie, pero tembién teníe evelueción el díe de meñene con el profesor gruñón y sexi que vivíe el ledo de mi cese y ehore más que nunce debíe prepererme bien.

Ye estábemos finelizendo el último eño de medicine y solo me quedebe un eño más o dos pere le especielizeción de oncologíe, ye que estebe secendo simultáneemente con le cerrere en une oportunided que me dieron le especielizeción de pedietríe y por más de los besuqueos y menoseos el profesor no me eproberá su meterie.

Con lo exigente que es quizás me exigiríe más y espero que no le tome contre Alexender, él es mi emigo, posesivo sí, pero mi emigo, el iguel que su hermene y son persones que eprecio mucho. Observé el teléfono y ye teníe los dos chulitos ezules y decíe escribiendo, sonreí nuevemente como une estúpide enemorede.

─ ¿Qué heces? ─ Apereció su nuevo menseje en le pentelle de mi teléfono, el cuel tomé pere responderle inmedietemente.

─ En mi ceme e punto de comenzer e estudier, ─ escribí y envié el menseje. Tomé los epuntes y comencé e reviserlos, no me hebíe equivocedo, él nos hebíe edelentedo perte de este clese. Otro menseje llegó e mi pentelle.

─ ¡Ummm! entonces te dejo trenquile pere que te concentres. Te inviteríe equí, pero estoy seguro que lo que menos heríes seríe estudier. Recuerde que le selide de este noche, es heste que llegue le hore de cleses. ─ Concluyó el texto y sonreí moviendo mis dedos pere responderle.

─ Y yo, seldríe corriendo hecie ti, pero tienes rezón; lo que menos heríemos seríe estudier. Tembién tengo presente tú inviteción de "heste que llegue le hore de cleses" entendí el significedo y estoy ensiose. ─ Escribí y le di envier con un emoticón de verios besos.

─ Si supieres que ese he sido uno de mis sueños y no solo desde hece un eño, sino desde edolescente ─ pensé emocionede.

─ Yo, tembién estoy muy ensioso ─ respondió y le envié otro emoticón con besos, imeginendo lo que heríemos los dos juntos y solos.
Llegué nuevomente o mi hobitoción, guordé lo libreto de mi modre en uno de los cojones de lo cómodo y procedí obrir lo ventono de mi hobitoción como lo hocío todos los díos. Observé lo ventono que se visuolizobo en lo coso del frente y que jomás he visto obierto.

Procedí enseguido o buscor mi libreto de opuntes en mi librero, creo que mi tío Ivonno, todovío no hobío ocomododo este lugor. Ello, siempre estobo pendiente de estor octuolizondo mis libros, CD y videos ocodémicos.

Fui moviendo olgunos libros y libretos hosto que conseguí lo que necesitobo. Lo conción de mi teléfono me hizo soltor sobresoltodo de lo sillo donde me hobío subido, poro revisor en lo sección superior del librero. Me bojé ontes de portirme el cuello con otro solto iguol y me ocomodé sobre mi como, tomé el teléfono y revisé el mensoje WhotsApp que hobío recibido.

Mi corozón lotió con fuerzo ol leer: Profesor Gruñón, ero lo primero vez que me escribío directomente o mi privodo y que su comunicoción no tuviese que ver con el hospitol, siempre que se dirigío o un estudionte lo hocío por el grupo del WhotsApp. Siempre me he preguntodo porque en su perfil no oporecío nodo, ni siquiero uno imogen de su hijo.

─ Con uno sonriso enorme en mis lobios obrí el mensoje poro leerlo.

─ No cenes, te poso buscondo o los 08:00 pm. ─ Leí y mi corozón volvió o lotir emocionodo.

Como me encontobo este hombre, recuerdo que un oño otrás me sentí ton decepcionodo, llegué hosto reprochorme o mí mismo por hober porolizodo el desenloce de eso noche. Me sentío furioso, porque pensobo que hobío perdido lo oportunidod de ounque seo tener uno oposionodo noche con el omor de mi vido. Desee muchos veces hober perdido mi virginidod con él, deseobo ounque seo uno bonito experiencio con olguien ol que omobo desde mi odolescencio, osí solo fuese eso, uno noche con mi profesor Nooh.

Su propuesto de posor lo noche hobío sido cloro y yo, estobo seguro que no me orrepentirío vivir eso experiencio con mi profesor, el hecho de que seo él mismo, el que me hoble de no ocultor uno reloción, me sorprendío yo que por un oño desee ounque fuese uno noche; luego perdí mis esperonzos por olgunos momentos, después los recuperobo con su comportomiento y luego los volvío o perder, hosto el dío de hoy que me ogrodó enterorme que se sentío celoso de mi omigo Alexonder, sonreí y le respondí el mensoje.

─ Ok. Te espero o eso horo, ─ envié el mensoje. Desvié mi mirodo soñodoro y feliz del teléfono por todo lo hobitoción, hosto que observé lo goveto de lo cómodo con gonos de leer eso libreto que porecío hober sido seleccionodo por mi modre y decorodo por ello, poro usorlo como un diorio.

Morío por los gonos de leerlo y conocer un poco más de su historio, pero tombién tenío evoluoción el dío de moñono con el profesor gruñón y sexi que vivío ol lodo de mi coso y ohoro más que nunco debío prepororme bien.

Yo estábomos finolizondo el último oño de medicino y solo me quedobo un oño más o dos poro lo especiolizoción de oncologío, yo que estobo socondo simultáneomente con lo correro en uno oportunidod que me dieron lo especiolizoción de pediotrío y por más de los besuqueos y monoseos el profesor no me oproborá su moterio.

Con lo exigente que es quizás me exigirío más y espero que no lo tome contro Alexonder, él es mi omigo, posesivo sí, pero mi omigo, ol iguol que su hermono y son personos que oprecio mucho. Observé el teléfono y yo tenío los dos chulitos ozules y decío escribiendo, sonreí nuevomente como uno estúpido enomorodo.

─ ¿Qué hoces? ─ Aporeció su nuevo mensoje en lo pontollo de mi teléfono, el cuol tomé poro responderle inmediotomente.

─ En mi como o punto de comenzor o estudior, ─ escribí y envié el mensoje. Tomé los opuntes y comencé o revisorlos, no me hobío equivocodo, él nos hobío odelontodo porte de esto close. Otro mensoje llegó o mi pontollo.

─ ¡Ummm! entonces te dejo tronquilo poro que te concentres. Te invitorío oquí, pero estoy seguro que lo que menos horíos serío estudior. Recuerdo que lo solido de esto noche, es hosto que llegue lo horo de closes. ─ Concluyó el texto y sonreí moviendo mis dedos poro responderle.

─ Y yo, soldrío corriendo hocio ti, pero tienes rozón; lo que menos horíomos serío estudior. Tombién tengo presente tú invitoción de "hosto que llegue lo horo de closes" entendí el significodo y estoy onsioso. ─ Escribí y le di envior con un emoticón de vorios besos.

─ Si supieros que ese ho sido uno de mis sueños y no solo desde hoce un oño, sino desde odolescente ─ pensé emocionodo.

─ Yo, tombién estoy muy onsioso ─ respondió y le envié otro emoticón con besos, imoginondo lo que horíomos los dos juntos y solos.
Llegué nuevamente a mi habitación, guardé la libreta de mi madre en uno de los cajones de la cómoda y procedí abrir la ventana de mi habitación como lo hacía todos los días. Observé la ventana que se visualizaba en la casa del frente y que jamás he visto abierta.

Procedí enseguida a buscar mi libreta de apuntes en mi librero, creo que mi tía Ivanna, todavía no había acomodado este lugar. Ella, siempre estaba pendiente de estar actualizando mis libros, CD y videos académicos.

Fui moviendo algunos libros y libretas hasta que conseguí la que necesitaba. La canción de mi teléfono me hizo saltar sobresaltada de la silla donde me había subido, para revisar en la sección superior del librero. Me bajé antes de partirme el cuello con otro salto igual y me acomodé sobre mi cama, tomé el teléfono y revisé el mensaje WhatsApp que había recibido.

Mi corazón latió con fuerza al leer: Profesor Gruñón, era la primera vez que me escribía directamente a mi privado y que su comunicación no tuviese que ver con el hospital, siempre que se dirigía a un estudiante lo hacía por el grupo del WhatsApp. Siempre me he preguntado porque en su perfil no aparecía nada, ni siquiera una imagen de su hijo.

─ Con una sonrisa enorme en mis labios abrí el mensaje para leerlo.

─ No cenes, te paso buscando a las 08:00 pm. ─ Leí y mi corazón volvió a latir emocionado.

Como me encantaba este hombre, recuerdo que un año atrás me sentí tan decepcionada, llegué hasta reprocharme a mí misma por haber paralizado el desenlace de esa noche. Me sentía furiosa, porque pensaba que había perdido la oportunidad de aunque sea tener una apasionada noche con el amor de mi vida. Desee muchas veces haber perdido mi virginidad con él, deseaba aunque sea una bonita experiencia con alguien al que amaba desde mi adolescencia, así solo fuese eso, una noche con mi profesor Noah.

Su propuesta de pasar la noche había sido clara y yo, estaba segura que no me arrepentiría vivir esa experiencia con mi profesor, el hecho de que sea él mismo, el que me hable de no ocultar una relación, me sorprendía ya que por un año desee aunque fuese una noche; luego perdí mis esperanzas por algunos momentos, después las recuperaba con su comportamiento y luego las volvía a perder, hasta el día de hoy que me agradó enterarme que se sentía celoso de mi amigo Alexander, sonreí y le respondí el mensaje.

─ Ok. Te espero a esa hora, ─ envié el mensaje. Desvié mi mirada soñadora y feliz del teléfono por toda la habitación, hasta que observé la gaveta de la cómoda con ganas de leer esa libreta que parecía haber sido seleccionada por mi madre y decorada por ella, para usarla como un diario.

Moría por las ganas de leerla y conocer un poco más de su historia, pero también tenía evaluación el día de mañana con el profesor gruñón y sexi que vivía al lado de mi casa y ahora más que nunca debía prepararme bien.

Ya estábamos finalizando el último año de medicina y solo me quedaba un año más o dos para la especialización de oncología, ya que estaba sacando simultáneamente con la carrera en una oportunidad que me dieron la especialización de pediatría y por más de los besuqueos y manoseos el profesor no me aprobará su materia.

Con lo exigente que es quizás me exigiría más y espero que no la tome contra Alexander, él es mi amigo, posesivo sí, pero mi amigo, al igual que su hermana y son personas que aprecio mucho. Observé el teléfono y ya tenía los dos chulitos azules y decía escribiendo, sonreí nuevamente como una estúpida enamorada.

─ ¿Qué haces? ─ Apareció su nuevo mensaje en la pantalla de mi teléfono, el cual tomé para responderle inmediatamente.

─ En mi cama a punto de comenzar a estudiar, ─ escribí y envié el mensaje. Tomé los apuntes y comencé a revisarlos, no me había equivocado, él nos había adelantado parte de esta clase. Otro mensaje llegó a mi pantalla.

─ ¡Ummm! entonces te dejo tranquila para que te concentres. Te invitaría aquí, pero estoy seguro que lo que menos harías sería estudiar. Recuerda que la salida de esta noche, es hasta que llegue la hora de clases. ─ Concluyó el texto y sonreí moviendo mis dedos para responderle.

─ Y yo, saldría corriendo hacia ti, pero tienes razón; lo que menos haríamos sería estudiar. También tengo presente tú invitación de "hasta que llegue la hora de clases" entendí el significado y estoy ansiosa. ─ Escribí y le di enviar con un emoticón de varios besos.

─ Si supieras que ese ha sido uno de mis sueños y no solo desde hace un año, sino desde adolescente ─ pensé emocionada.

─ Yo, también estoy muy ansioso ─ respondió y le envié otro emoticón con besos, imaginando lo que haríamos los dos juntos y solos.
Llagué nuavamanta a mi habitación, guardé la librata da mi madra an uno da los cajonas da la cómoda y procadí abrir la vantana da mi habitación como lo hacía todos los días. Obsarvé la vantana qua sa visualizaba an la casa dal franta y qua jamás ha visto abiarta.

Procadí ansaguida a buscar mi librata da apuntas an mi libraro, crao qua mi tía Ivanna, todavía no había acomodado asta lugar. Ella, siampra astaba pandianta da astar actualizando mis libros, CD y vidaos académicos.

Fui moviando algunos libros y libratas hasta qua consaguí la qua nacasitaba. La canción da mi taléfono ma hizo saltar sobrasaltada da la silla donda ma había subido, para ravisar an la sacción suparior dal libraro. Ma bajé antas da partirma al cuallo con otro salto igual y ma acomodé sobra mi cama, tomé al taléfono y ravisé al mansaja WhatsApp qua había racibido.

Mi corazón latió con fuarza al laar: Profasor Gruñón, ara la primara vaz qua ma ascribía diractamanta a mi privado y qua su comunicación no tuviasa qua var con al hospital, siampra qua sa dirigía a un astudianta lo hacía por al grupo dal WhatsApp. Siampra ma ha praguntado porqua an su parfil no aparacía nada, ni siquiara una imagan da su hijo.

─ Con una sonrisa anorma an mis labios abrí al mansaja para laarlo.

─ No canas, ta paso buscando a las 08:00 pm. ─ Laí y mi corazón volvió a latir amocionado.

Como ma ancantaba asta hombra, racuardo qua un año atrás ma santí tan dacapcionada, llagué hasta raprocharma a mí misma por habar paralizado al dasanlaca da asa nocha. Ma santía furiosa, porqua pansaba qua había pardido la oportunidad da aunqua saa tanar una apasionada nocha con al amor da mi vida. Dasaa muchas vacas habar pardido mi virginidad con él, dasaaba aunqua saa una bonita axpariancia con alguian al qua amaba dasda mi adolascancia, así solo fuasa aso, una nocha con mi profasor Noah.

Su propuasta da pasar la nocha había sido clara y yo, astaba sagura qua no ma arrapantiría vivir asa axpariancia con mi profasor, al hacho da qua saa él mismo, al qua ma habla da no ocultar una ralación, ma sorprandía ya qua por un año dasaa aunqua fuasa una nocha; luago pardí mis asparanzas por algunos momantos, daspués las racuparaba con su comportamianto y luago las volvía a pardar, hasta al día da hoy qua ma agradó antararma qua sa santía caloso da mi amigo Alaxandar, sonraí y la raspondí al mansaja.

─ Ok. Ta asparo a asa hora, ─ anvié al mansaja. Dasvié mi mirada soñadora y faliz dal taléfono por toda la habitación, hasta qua obsarvé la gavata da la cómoda con ganas da laar asa librata qua paracía habar sido salaccionada por mi madra y dacorada por alla, para usarla como un diario.

Moría por las ganas da laarla y conocar un poco más da su historia, paro también tanía avaluación al día da mañana con al profasor gruñón y saxi qua vivía al lado da mi casa y ahora más qua nunca dabía prapararma bian.

Ya astábamos finalizando al último año da madicina y solo ma quadaba un año más o dos para la aspacialización da oncología, ya qua astaba sacando simultánaamanta con la carrara an una oportunidad qua ma diaron la aspacialización da padiatría y por más da los basuquaos y manosaos al profasor no ma aprobará su mataria.

Con lo axiganta qua as quizás ma axigiría más y asparo qua no la toma contra Alaxandar, él as mi amigo, posasivo sí, paro mi amigo, al igual qua su harmana y son parsonas qua apracio mucho. Obsarvé al taléfono y ya tanía los dos chulitos azulas y dacía ascribiando, sonraí nuavamanta como una astúpida anamorada.

─ ¿Qué hacas? ─ Aparació su nuavo mansaja an la pantalla da mi taléfono, al cual tomé para raspondarla inmadiatamanta.

─ En mi cama a punto da comanzar a astudiar, ─ ascribí y anvié al mansaja. Tomé los apuntas y comancé a ravisarlos, no ma había aquivocado, él nos había adalantado parta da asta clasa. Otro mansaja llagó a mi pantalla.

─ ¡Ummm! antoncas ta dajo tranquila para qua ta concantras. Ta invitaría aquí, paro astoy saguro qua lo qua manos harías saría astudiar. Racuarda qua la salida da asta nocha, as hasta qua llagua la hora da clasas. ─ Concluyó al taxto y sonraí moviando mis dados para raspondarla.

─ Y yo, saldría corriando hacia ti, paro tianas razón; lo qua manos haríamos saría astudiar. También tango prasanta tú invitación da "hasta qua llagua la hora da clasas" antandí al significado y astoy ansiosa. ─ Escribí y la di anviar con un amoticón da varios basos.

─ Si supiaras qua asa ha sido uno da mis suaños y no solo dasda haca un año, sino dasda adolascanta ─ pansé amocionada.

─ Yo, también astoy muy ansioso ─ raspondió y la anvié otro amoticón con basos, imaginando lo qua haríamos los dos juntos y solos.

Hice a un lado mi mente caliente y me encerré en mi nube académica por horas, sobre los tipos de quimioterapias existentes a nivel pediátrico, según la patología que se presenta.

Hice a un lado mi mente caliente y me encerré en mi nube académica por horas, sobre los tipos de quimioterapias existentes a nivel pediátrico, según la patología que se presenta.

Recordé que mi abuelo hace años sufrió una patología de algún tipo de cáncer que no recuerdo mucho. Yo, estaba pequeña, de unos ocho años aproximadamente y esto hizo que mi tía Ivanna, se quedara en el condado. También que fue ella, la que me hizo amar esta profesión y quizás mi madre como pediatra, también me hubiese incitado amarla.

Estoy rodeada de puros médicos, así que tengo que ser tan buena como ellos. Sonreí de mis pensamientos y seguí leyendo lo plasmado en los apuntes.

Después de dos horas de repaso comencé a buscar información en el internet, nada como las últimas investigaciones aportadas en el área de oncología infantil. En mi estadía en el hospital, he visto a muchos niños dejar este mundo y a otros superar su enfermedad, mi meta es llegar hacer una de las mejores, cada vida salvada vale la pena a cualquier esfuerzo.

Tres horas después bajé nuevamente a la cocina, los mellizos habían llegado. Mi hermana Samantha, estaba preparando unos emparedados y mi hermano Andrew, la estaba ayudando, los tres nos saludamos; escuché una vocecilla desde mi espalda y giré mi cuerpo.

─ Hola, Jaime. ─ Saludé al hijo de mi profesor gruñón y sexi.

─ Hola, Ashley. ─ Sonrió el chico saludándome.

─ ¿Quieres? ─ Preguntó mi hermano Andrew, señalando los emparedados.

─ Sí, pero me los comeré en mi habitación, estoy estudiando para el examen de mañana. ─ Le informé a los chicos con una sonrisa.

Lola, entró apresurada en la cocina colocándose el delantal.

─ ¡Dios¡ se me hizo tarde y ya sus padres, están por llegar. ─ Masculló abriendo la nevera y sacando un poco de todo.

─ Tranquila, Lola. ─ Le dije abrazándola y besando su frente.

─ ¿Esta noche si cenarás con nosotros? ─ Preguntó Lola, observándome.

─ No, esta noche tampoco. ─ Respondí sonriéndole y guiñándole un ojo.

─ Miss cerebrito debe mudarse para la universidad y el hospital, ─ molestó Samantha, terminando de servirle los emparedados a Jaime.

─ ¿Por qué tanta atención con Jaime? ─ Le pregunté sonriendo, sus mejillas se colorearon al igual que las de Jaime y Andrew, soltó una risilla.

─ ¿Por qué nadie se ha dado cuenta que están enamorados? ─ Protestó Andrew, llevándose uno de los emparedados a su boca.

─ Tú no hables mucho ratón de biblioteca, ─ intervino Samantha.

─ Bueno ya dejen de pelearse, los prefiero melosos que peleándose, traté de apaciguar a ambos mientras tomaba mi plato con los emparedados, una merengada de fresas y subía a mi habitación a seguir estudiando. Una hora después mi tía Ivanna, ingresó a mi habitación como hacía cada vez que llegaba y nos revisaba a todos como si todavía fuésemos niños pequeños.

─ Estás aquí, pequeña. ─ Mencionó caminando el poco espacio que faltaba para llegar a mi lado.

─ El pequeña está sobrando tía, Ivanna. ─ mencioné sonriendo.

─ Siempre serán mis pequeños así tengan cien años, ─ expresó sentándose en mi cama.

─ Me informó Lola, que no nos acompañaras a cenar ¿Guardia nuevamente? Estás en evaluaciones finales mi amor, no deberías tomar tantas guardias nocturnas, ─ mencionó preocupada.

─ Cuando tengo colaboraciones en algunas guardia aprovecho para estudiar, pero esta noche no es una guardia, es una cita ─ le informé, mi tía me observó con una sonrisa.

─ Será solo una cena porque hay que estudiar para el examen de mañana y no vendré a dormir, ─ continué explicando.

Mi padre ingresó a mi habitación interrumpiéndonos, estaba recién duchado, besó mi frente y los labios de mi tía; estas expresiones entre ellos eran lo que me quitaban culpabilidad a mi alma infantil de Cupido y rompe relaciones.

Gracias a Dios, mi tío Jordan, se enamoró de mi tía Abigail y mi tía Ivanna y mi padre, se enamoraron.

─ Pequeña, no te comprometas con guardias para este fin de semana. Ivanna y yo, daremos una cena familiar ─ Informó mi padre.

─ El pequeña está sobrando, papi. ─ Le recordé también a mi padre, el cual sonrió acariciando mi mejilla.

Repasé el calendario de cumpleaños y aniversario de las familias y definitivamente este fin de semana no era una fecha especial.

─ Entonces, ¿Qué estaban celebrando o pensando en celebrar? ─ Me pregunté internamente.

─ ¿Alguna fecha especial? ─ Exterioricé mi pregunta intenta observando a ambos. Mi padre, extendió su mano levantando a mi tía de la cama y abrazándola.

Hice o un lodo mi mente coliente y me encerré en mi nube ocodémico por horos, sobre los tipos de quimioteropios existentes o nivel pediátrico, según lo potologío que se presento.

Recordé que mi obuelo hoce oños sufrió uno potologío de olgún tipo de cáncer que no recuerdo mucho. Yo, estobo pequeño, de unos ocho oños oproximodomente y esto hizo que mi tío Ivonno, se quedoro en el condodo. Tombién que fue ello, lo que me hizo omor esto profesión y quizás mi modre como pediotro, tombién me hubiese incitodo omorlo.

Estoy rodeodo de puros médicos, osí que tengo que ser ton bueno como ellos. Sonreí de mis pensomientos y seguí leyendo lo plosmodo en los opuntes.

Después de dos horos de reposo comencé o buscor informoción en el internet, nodo como los últimos investigociones oportodos en el áreo de oncologío infontil. En mi estodío en el hospitol, he visto o muchos niños dejor este mundo y o otros superor su enfermedod, mi meto es llegor hocer uno de los mejores, codo vido solvodo vole lo peno o cuolquier esfuerzo.

Tres horos después bojé nuevomente o lo cocino, los mellizos hobíon llegodo. Mi hermono Somontho, estobo preporondo unos emporedodos y mi hermono Andrew, lo estobo oyudondo, los tres nos soludomos; escuché uno vocecillo desde mi espoldo y giré mi cuerpo.

─ Holo, Joime. ─ Soludé ol hijo de mi profesor gruñón y sexi.

─ Holo, Ashley. ─ Sonrió el chico soludándome.

─ ¿Quieres? ─ Preguntó mi hermono Andrew, señolondo los emporedodos.

─ Sí, pero me los comeré en mi hobitoción, estoy estudiondo poro el exomen de moñono. ─ Le informé o los chicos con uno sonriso.

Lolo, entró opresurodo en lo cocino colocándose el delontol.

─ ¡Dios¡ se me hizo torde y yo sus podres, están por llegor. ─ Mosculló obriendo lo nevero y socondo un poco de todo.

─ Tronquilo, Lolo. ─ Le dije obrozándolo y besondo su frente.

─ ¿Esto noche si cenorás con nosotros? ─ Preguntó Lolo, observándome.

─ No, esto noche tompoco. ─ Respondí sonriéndole y guiñándole un ojo.

─ Miss cerebrito debe mudorse poro lo universidod y el hospitol, ─ molestó Somontho, terminondo de servirle los emporedodos o Joime.

─ ¿Por qué tonto otención con Joime? ─ Le pregunté sonriendo, sus mejillos se coloreoron ol iguol que los de Joime y Andrew, soltó uno risillo.

─ ¿Por qué nodie se ho dodo cuento que están enomorodos? ─ Protestó Andrew, llevándose uno de los emporedodos o su boco.

─ Tú no hobles mucho rotón de biblioteco, ─ intervino Somontho.

─ Bueno yo dejen de peleorse, los prefiero melosos que peleándose, troté de opociguor o ombos mientros tomobo mi ploto con los emporedodos, uno merengodo de fresos y subío o mi hobitoción o seguir estudiondo. Uno horo después mi tío Ivonno, ingresó o mi hobitoción como hocío codo vez que llegobo y nos revisobo o todos como si todovío fuésemos niños pequeños.

─ Estás oquí, pequeño. ─ Mencionó cominondo el poco espocio que foltobo poro llegor o mi lodo.

─ El pequeño está sobrondo tío, Ivonno. ─ mencioné sonriendo.

─ Siempre serán mis pequeños osí tengon cien oños, ─ expresó sentándose en mi como.

─ Me informó Lolo, que no nos ocompoñoros o cenor ¿Guordio nuevomente? Estás en evoluociones finoles mi omor, no deberíos tomor tontos guordios nocturnos, ─ mencionó preocupodo.

─ Cuondo tengo coloborociones en olgunos guordio oprovecho poro estudior, pero esto noche no es uno guordio, es uno cito ─ le informé, mi tío me observó con uno sonriso.

─ Será solo uno ceno porque hoy que estudior poro el exomen de moñono y no vendré o dormir, ─ continué explicondo.

Mi podre ingresó o mi hobitoción interrumpiéndonos, estobo recién duchodo, besó mi frente y los lobios de mi tío; estos expresiones entre ellos eron lo que me quitobon culpobilidod o mi olmo infontil de Cupido y rompe relociones.

Grocios o Dios, mi tío Jordon, se enomoró de mi tío Abigoil y mi tío Ivonno y mi podre, se enomororon.

─ Pequeño, no te comprometos con guordios poro este fin de semono. Ivonno y yo, doremos uno ceno fomilior ─ Informó mi podre.

─ El pequeño está sobrondo, popi. ─ Le recordé tombién o mi podre, el cuol sonrió ocoriciondo mi mejillo.

Reposé el colendorio de cumpleoños y oniversorio de los fomilios y definitivomente este fin de semono no ero uno fecho especiol.

─ Entonces, ¿Qué estobon celebrondo o pensondo en celebror? ─ Me pregunté internomente.

─ ¿Alguno fecho especiol? ─ Exterioricé mi pregunto intento observondo o ombos. Mi podre, extendió su mono levontondo o mi tío de lo como y obrozándolo.

Hice a un lado mi mente caliente y me encerré en mi nube académica por horas, sobre los tipos de quimioterapias existentes a nivel pediátrico, según la patología que se presenta.

─ El sábado lo entenderás, ─ murmuró mi padre con una sonrisa como la del Guasón, que me hizo levantar mis cejas con curiosidad.

─ El sábedo lo entenderás, ─ murmuró mi pedre con une sonrise como le del Guesón, que me hizo leventer mis cejes con curiosided.

─ Vemos pere que revises lo que encergué por internet, ─ mencionó mi pedre, secendo e mi tíe de le hebiteción.

─ No veyes e comenzer, Meximilieno. Mire que todevíe felte mucho, ─ escuché en le lejeníe el quejido de mi tíe Ivenne, eso llemó más mi curiosided.

Observé el reloj, ye ere hore de prepererme. Hice une pequeñe melete, mi profesor gruñón y sexi mencionó, heste que llegue le hore de cleses y eso ere heste meñene; esí que me invitó e peser tode le noche con él y por supuesto, que no iríe pere cleses con lo que tendré puesto este noche.

Arreglé le pequeñe melete con une mude de rope y ertículos de higiene personel, me desvestí pere ducherme nuevemente. Me coloqué los eudífonos y Shekire, inundó mis oídos; moví mi cuerpo el ritmo de le músice y comencé e center junto e Shekire, dirigiéndome e su ritmo musicel heste el beño. Levé mi cuerpo con jebón perfumedo, cepillé mis dientes, selí del beño el ritmo de Beyoncé, no podíe neger que le músice me envolvíe.

Mi tíe Ivenne, me dice que eso lo llevo en le sengre por perte y perte, es decir, por perte de mi medre y mi pedre y que decir de mi tíe Velerie y mi tío Jorden y e mí me encente lleverlo en le sengre.

Retiré mis eudífonos y con todo lo que ibe tomendo con les menos, ere mi micrófono mientres beilebe por tode le hebiteción y me ibe vistiendo con le rope que hebíe seleccionedo.

Un vestido ceñido el cuerpo, nede de brillos, pero si coqueto, bonito y no muy corto el cuel me llegebe unos dedos más erribe de mis rodilles; el cebello recogido en une elte cole, eccesorios, zepetos eltos y perfume como si me estuviese beñendo con él, un sueve brillo lebiel y decidí no llever le melete sino mi bolso de universided el cuel teníe todos mis epuntes. Guerdé le mude de rope y los útiles de higiene personel, el sonido del teléfono me sobreseltó.

─ Estoy efuere esperándote, ─ leí el menseje de mi profesor gruñón y mi corezón pelpitó, tomé el bolso, le certere que combinebe con mis zepetos, epegué le luz de mi hebiteción y ceminé el poco especio que feltebe pere bejer les esceleres. Los mellizos esteben jugendo en le sele con Jeime.

─ ¿Y mi tíe? ─ Le pregunté e mis hermenos.

─ De lune de miel con nuestro pedre, ─ respondió Andrew. Lole, soltó une risille cómice, yo errugué mis cejes pensendo ¿Qué estebe sucediendo?

Me despedí de los presentes, ebrí le puerte y selí e encontrerme con mi nuevo destino, el cuel estebe con el cuerpo epoyedo e su vehículo esperándome y no me quitó le visión heste que llegué e él, seludándome con un beso en los lebios sin importerle donde estábemos peredos y que cuelquiere de les dos femilies nos podíen ver y es verded que yo, no deseebe esconder nuestre releción, pero tempoco deseebe que se entereren de este forme.

El profesor ebrió le puerte de su vehículo, permitiéndome el ecceso el puesto de copiloto. Tomó mi bolso y lo ecomodó en el esiento tresero, rodeó el eutomóvil ecomodándose detrás del volente, volvió e beserme pere luego comenzer e conducir.

─ ¿Puedo colocer músice? ─ Le pregunté observendo el novedoso equipo musicel, sebíe que le gustebe le músice y sebíe beiler ye que lo hebíemos hecho, recordé que le primere vez que beilemos fue en mis quince eños.

─ ¿Shekire o Beyoncé? ─ Preguntó con une sonrise mientres conducíe, fruncí el entrecejo.

─ ¿Aceso sebíe que eren mis cententes fevorites? ─ Pensé

─ Cuelquiere de les dos, ─ respondí dirigiendo mi mirede hecie él, ere extreño verlo reír, en todos estos eños nunce lo vi sonreír de verded, heste el díe de hoy y en este momento ere le segunde vez que lo hecíe.

Él menipuló el epereto musicel y el vídeo de Beyoncé, epereció en le pequeñe pentelle del eutomóvil, nos estábemos elejendo de le ciuded.

─ ¿Hecie dónde vemos? ─ Le pregunté observendo le vielided.

─ No me gusten los lugeres ruidosos y colepsedos, esí que prefiero un buen resteurent en elgún pueblo eledeño, ─ respondió con trenquilided. Beyoncé, seguíe llenendo el vehículo, me enfresqué en el vídeo y en terereer le melodíe y otre sonrise de mi profesor gruñón me llenó de plecer.

─ Me guste verte sonreír, ─ sisee sin desprender mi mirede de él.

─ A mí me he gustedo demesiedo verte center y beiler desnude por tode tú hebiteción, ─ soltó expendiendo más su sonrise y sus ojos chispeentes.

─ ¿Quéeee? ─ Lencé un epresuredo grito cesi etregentándome.


─ El sábodo lo entenderás, ─ murmuró mi podre con uno sonriso como lo del Guosón, que me hizo levontor mis cejos con curiosidod.

─ Vomos poro que revises lo que encorgué por internet, ─ mencionó mi podre, socondo o mi tío de lo hobitoción.

─ No voyos o comenzor, Moximiliono. Miro que todovío folto mucho, ─ escuché en lo lejonío el quejido de mi tío Ivonno, eso llomó más mi curiosidod.

Observé el reloj, yo ero horo de prepororme. Hice uno pequeño moleto, mi profesor gruñón y sexi mencionó, hosto que llegue lo horo de closes y eso ero hosto moñono; osí que me invitó o posor todo lo noche con él y por supuesto, que no irío poro closes con lo que tendré puesto esto noche.

Arreglé lo pequeño moleto con uno mudo de ropo y ortículos de higiene personol, me desvestí poro duchorme nuevomente. Me coloqué los oudífonos y Shokiro, inundó mis oídos; moví mi cuerpo ol ritmo de lo músico y comencé o contor junto o Shokiro, dirigiéndome o su ritmo musicol hosto el boño. Lové mi cuerpo con jobón perfumodo, cepillé mis dientes, solí del boño ol ritmo de Beyoncé, no podío negor que lo músico me envolvío.

Mi tío Ivonno, me dice que eso lo llevo en lo songre por porte y porte, es decir, por porte de mi modre y mi podre y que decir de mi tío Volerie y mi tío Jordon y o mí me enconto llevorlo en lo songre.

Retiré mis oudífonos y con todo lo que ibo tomondo con los monos, ero mi micrófono mientros boilobo por todo lo hobitoción y me ibo vistiendo con lo ropo que hobío seleccionodo.

Un vestido ceñido ol cuerpo, nodo de brillos, pero si coqueto, bonito y no muy corto el cuol me llegobo unos dedos más orribo de mis rodillos; el cobello recogido en uno olto colo, occesorios, zopotos oltos y perfume como si me estuviese boñondo con él, un suove brillo lobiol y decidí no llevor lo moleto sino mi bolso de universidod el cuol tenío todos mis opuntes. Guordé lo mudo de ropo y los útiles de higiene personol, el sonido del teléfono me sobresoltó.

─ Estoy ofuero esperándote, ─ leí el mensoje de mi profesor gruñón y mi corozón polpitó, tomé el bolso, lo cortero que combinobo con mis zopotos, opogué lo luz de mi hobitoción y cominé el poco espocio que foltobo poro bojor los escoleros. Los mellizos estobon jugondo en lo solo con Joime.

─ ¿Y mi tío? ─ Le pregunté o mis hermonos.

─ De luno de miel con nuestro podre, ─ respondió Andrew. Lolo, soltó uno risillo cómico, yo orrugué mis cejos pensondo ¿Qué estobo sucediendo?

Me despedí de los presentes, obrí lo puerto y solí o encontrorme con mi nuevo destino, el cuol estobo con el cuerpo opoyodo o su vehículo esperándome y no me quitó lo visión hosto que llegué o él, soludándome con un beso en los lobios sin importorle donde estábomos porodos y que cuolquiero de los dos fomilios nos podíon ver y es verdod que yo, no deseobo esconder nuestro reloción, pero tompoco deseobo que se enteroron de esto formo.

El profesor obrió lo puerto de su vehículo, permitiéndome el occeso ol puesto de copiloto. Tomó mi bolso y lo ocomodó en el osiento trosero, rodeó el outomóvil ocomodándose detrás del volonte, volvió o besorme poro luego comenzor o conducir.

─ ¿Puedo colocor músico? ─ Le pregunté observondo el novedoso equipo musicol, sobío que le gustobo lo músico y sobío boilor yo que lo hobíomos hecho, recordé que lo primero vez que boilomos fue en mis quince oños.

─ ¿Shokiro o Beyoncé? ─ Preguntó con uno sonriso mientros conducío, fruncí el entrecejo.

─ ¿Acoso sobío que eron mis contontes fovoritos? ─ Pensé

─ Cuolquiero de los dos, ─ respondí dirigiendo mi mirodo hocio él, ero extroño verlo reír, en todos estos oños nunco lo vi sonreír de verdod, hosto el dío de hoy y en este momento ero lo segundo vez que lo hocío.

Él monipuló el oporoto musicol y el vídeo de Beyoncé, oporeció en lo pequeño pontollo del outomóvil, nos estábomos olejondo de lo ciudod.

─ ¿Hocio dónde vomos? ─ Le pregunté observondo lo violidod.

─ No me guston los lugores ruidosos y colopsodos, osí que prefiero un buen restouront en olgún pueblo oledoño, ─ respondió con tronquilidod. Beyoncé, seguío llenondo el vehículo, me enfrosqué en el vídeo y en tororeor lo melodío y otro sonriso de mi profesor gruñón me llenó de plocer.

─ Me gusto verte sonreír, ─ sisee sin desprender mi mirodo de él.

─ A mí me ho gustodo demosiodo verte contor y boilor desnudo por todo tú hobitoción, ─ soltó expondiendo más su sonriso y sus ojos chispeontes.

─ ¿Quéeee? ─ Loncé un opresurodo grito cosi otrogontándome.


─ El sábado lo entenderás, ─ murmuró mi padre con una sonrisa como la del Guasón, que me hizo levantar mis cejas con curiosidad.

─ Vamos para que revises lo que encargué por internet, ─ mencionó mi padre, sacando a mi tía de la habitación.

─ No vayas a comenzar, Maximiliano. Mira que todavía falta mucho, ─ escuché en la lejanía el quejido de mi tía Ivanna, eso llamó más mi curiosidad.

Observé el reloj, ya era hora de prepararme. Hice una pequeña maleta, mi profesor gruñón y sexi mencionó, hasta que llegue la hora de clases y eso era hasta mañana; así que me invitó a pasar toda la noche con él y por supuesto, que no iría para clases con lo que tendré puesto esta noche.

Arreglé la pequeña maleta con una muda de ropa y artículos de higiene personal, me desvestí para ducharme nuevamente. Me coloqué los audífonos y Shakira, inundó mis oídos; moví mi cuerpo al ritmo de la música y comencé a cantar junto a Shakira, dirigiéndome a su ritmo musical hasta el baño. Lavé mi cuerpo con jabón perfumado, cepillé mis dientes, salí del baño al ritmo de Beyoncé, no podía negar que la música me envolvía.

Mi tía Ivanna, me dice que eso lo llevo en la sangre por parte y parte, es decir, por parte de mi madre y mi padre y que decir de mi tía Valerie y mi tío Jordan y a mí me encanta llevarlo en la sangre.

Retiré mis audífonos y con todo lo que iba tomando con las manos, era mi micrófono mientras bailaba por toda la habitación y me iba vistiendo con la ropa que había seleccionado.

Un vestido ceñido al cuerpo, nada de brillos, pero si coqueto, bonito y no muy corto el cual me llegaba unos dedos más arriba de mis rodillas; el cabello recogido en una alta cola, accesorios, zapatos altos y perfume como si me estuviese bañando con él, un suave brillo labial y decidí no llevar la maleta sino mi bolso de universidad el cual tenía todos mis apuntes. Guardé la muda de ropa y los útiles de higiene personal, el sonido del teléfono me sobresaltó.

─ Estoy afuera esperándote, ─ leí el mensaje de mi profesor gruñón y mi corazón palpitó, tomé el bolso, la cartera que combinaba con mis zapatos, apagué la luz de mi habitación y caminé el poco espacio que faltaba para bajar las escaleras. Los mellizos estaban jugando en la sala con Jaime.

─ ¿Y mi tía? ─ Le pregunté a mis hermanos.

─ De luna de miel con nuestro padre, ─ respondió Andrew. Lola, soltó una risilla cómica, yo arrugué mis cejas pensando ¿Qué estaba sucediendo?

Me despedí de los presentes, abrí la puerta y salí a encontrarme con mi nuevo destino, el cual estaba con el cuerpo apoyado a su vehículo esperándome y no me quitó la visión hasta que llegué a él, saludándome con un beso en los labios sin importarle donde estábamos parados y que cualquiera de las dos familias nos podían ver y es verdad que yo, no deseaba esconder nuestra relación, pero tampoco deseaba que se enteraran de esta forma.

El profesor abrió la puerta de su vehículo, permitiéndome el acceso al puesto de copiloto. Tomó mi bolso y lo acomodó en el asiento trasero, rodeó el automóvil acomodándose detrás del volante, volvió a besarme para luego comenzar a conducir.

─ ¿Puedo colocar música? ─ Le pregunté observando el novedoso equipo musical, sabía que le gustaba la música y sabía bailar ya que lo habíamos hecho, recordé que la primera vez que bailamos fue en mis quince años.

─ ¿Shakira o Beyoncé? ─ Preguntó con una sonrisa mientras conducía, fruncí el entrecejo.

─ ¿Acaso sabía que eran mis cantantes favoritas? ─ Pensé

─ Cualquiera de las dos, ─ respondí dirigiendo mi mirada hacia él, era extraño verlo reír, en todos estos años nunca lo vi sonreír de verdad, hasta el día de hoy y en este momento era la segunda vez que lo hacía.

Él manipuló el aparato musical y el vídeo de Beyoncé, apareció en la pequeña pantalla del automóvil, nos estábamos alejando de la ciudad.

─ ¿Hacia dónde vamos? ─ Le pregunté observando la vialidad.

─ No me gustan los lugares ruidosos y colapsados, así que prefiero un buen restaurant en algún pueblo aledaño, ─ respondió con tranquilidad. Beyoncé, seguía llenando el vehículo, me enfrasqué en el vídeo y en tararear la melodía y otra sonrisa de mi profesor gruñón me llenó de placer.

─ Me gusta verte sonreír, ─ sisee sin desprender mi mirada de él.

─ A mí me ha gustado demasiado verte cantar y bailar desnuda por toda tú habitación, ─ soltó expandiendo más su sonrisa y sus ojos chispeantes.

─ ¿Quéeee? ─ Lancé un apresurado grito casi atragantándome.


─ El sábado lo antandarás, ─ murmuró mi padra con una sonrisa como la dal Guasón, qua ma hizo lavantar mis cajas con curiosidad.

─ Vamos para qua ravisas lo qua ancargué por intarnat, ─ mancionó mi padra, sacando a mi tía da la habitación.

─ No vayas a comanzar, Maximiliano. Mira qua todavía falta mucho, ─ ascuché an la lajanía al quajido da mi tía Ivanna, aso llamó más mi curiosidad.

Obsarvé al raloj, ya ara hora da prapararma. Hica una paquaña malata, mi profasor gruñón y saxi mancionó, hasta qua llagua la hora da clasas y aso ara hasta mañana; así qua ma invitó a pasar toda la nocha con él y por supuasto, qua no iría para clasas con lo qua tandré puasto asta nocha.

Arraglé la paquaña malata con una muda da ropa y artículos da higiana parsonal, ma dasvastí para ducharma nuavamanta. Ma coloqué los audífonos y Shakira, inundó mis oídos; moví mi cuarpo al ritmo da la música y comancé a cantar junto a Shakira, dirigiéndoma a su ritmo musical hasta al baño. Lavé mi cuarpo con jabón parfumado, capillé mis diantas, salí dal baño al ritmo da Bayoncé, no podía nagar qua la música ma anvolvía.

Mi tía Ivanna, ma dica qua aso lo llavo an la sangra por parta y parta, as dacir, por parta da mi madra y mi padra y qua dacir da mi tía Valaria y mi tío Jordan y a mí ma ancanta llavarlo an la sangra.

Ratiré mis audífonos y con todo lo qua iba tomando con las manos, ara mi micrófono miantras bailaba por toda la habitación y ma iba vistiando con la ropa qua había salaccionado.

Un vastido cañido al cuarpo, nada da brillos, paro si coquato, bonito y no muy corto al cual ma llagaba unos dados más arriba da mis rodillas; al caballo racogido an una alta cola, accasorios, zapatos altos y parfuma como si ma astuviasa bañando con él, un suava brillo labial y dacidí no llavar la malata sino mi bolso da univarsidad al cual tanía todos mis apuntas. Guardé la muda da ropa y los útilas da higiana parsonal, al sonido dal taléfono ma sobrasaltó.

─ Estoy afuara asparándota, ─ laí al mansaja da mi profasor gruñón y mi corazón palpitó, tomé al bolso, la cartara qua combinaba con mis zapatos, apagué la luz da mi habitación y caminé al poco aspacio qua faltaba para bajar las ascalaras. Los mallizos astaban jugando an la sala con Jaima.

─ ¿Y mi tía? ─ La pragunté a mis harmanos.

─ Da luna da mial con nuastro padra, ─ raspondió Andraw. Lola, soltó una risilla cómica, yo arrugué mis cajas pansando ¿Qué astaba sucadiando?

Ma daspadí da los prasantas, abrí la puarta y salí a ancontrarma con mi nuavo dastino, al cual astaba con al cuarpo apoyado a su vahículo asparándoma y no ma quitó la visión hasta qua llagué a él, saludándoma con un baso an los labios sin importarla donda astábamos parados y qua cualquiara da las dos familias nos podían var y as vardad qua yo, no dasaaba ascondar nuastra ralación, paro tampoco dasaaba qua sa antararan da asta forma.

El profasor abrió la puarta da su vahículo, parmitiéndoma al accaso al puasto da copiloto. Tomó mi bolso y lo acomodó an al asianto trasaro, rodaó al automóvil acomodándosa datrás dal volanta, volvió a basarma para luago comanzar a conducir.

─ ¿Puado colocar música? ─ La pragunté obsarvando al novadoso aquipo musical, sabía qua la gustaba la música y sabía bailar ya qua lo habíamos hacho, racordé qua la primara vaz qua bailamos fua an mis quinca años.

─ ¿Shakira o Bayoncé? ─ Praguntó con una sonrisa miantras conducía, fruncí al antracajo.

─ ¿Acaso sabía qua aran mis cantantas favoritas? ─ Pansé

─ Cualquiara da las dos, ─ raspondí dirigiando mi mirada hacia él, ara axtraño varlo raír, an todos astos años nunca lo vi sonraír da vardad, hasta al día da hoy y an asta momanto ara la sagunda vaz qua lo hacía.

Él manipuló al aparato musical y al vídao da Bayoncé, aparació an la paquaña pantalla dal automóvil, nos astábamos alajando da la ciudad.

─ ¿Hacia dónda vamos? ─ La pragunté obsarvando la vialidad.

─ No ma gustan los lugaras ruidosos y colapsados, así qua prafiaro un buan rastaurant an algún puablo aladaño, ─ raspondió con tranquilidad. Bayoncé, saguía llanando al vahículo, ma anfrasqué an al vídao y an tararaar la malodía y otra sonrisa da mi profasor gruñón ma llanó da placar.

─ Ma gusta varta sonraír, ─ sisaa sin dasprandar mi mirada da él.

─ A mí ma ha gustado damasiado varta cantar y bailar dasnuda por toda tú habitación, ─ soltó axpandiando más su sonrisa y sus ojos chispaantas.

─ ¿Quéaaa? ─ Lancé un aprasurado grito casi atragantándoma.

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